BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

lunes, 9 de abril de 2012

6592.- SERGUÉI GANDLEVSKI



Serguéi Gandlevski, Premio Nacional ruso de poesía
Serguéi Gandlevski nació en Moscú, en 1952. Se licenció en filología por la universidad MGU (Universidad estatal de Moscú). Trabajó como profesor de escuela, como guía, en el teatro y como vigilante nocturno; en la actualidad es colaborador de la revista «Иностранная литература» («Literatura extranjera»). En los años 70 ingresó el el grupo poetas «Московское время» («La hora de Moscú»). Empezó a publicar en los años 80. En 1996 recibió el premio «Malyï Buker» por su relato «Трепанация черепа» («La trepanación de un cráneo»). También en 1996 recibió el premio «Anti-Buker» por su libro de poesía «Праздник» («La fiesta»). Y en 2009 fue galardonado con el premio «Московский счёт» («La cuenta moscovita») por su libro «Опыты в стихах» («Ensayos en versos»).



Traducciones de Ludmila Biriukova:







Hay en la vida vegetal del poeta
Una época infausta, cuando
Intenta evadir la luz celestial
Y teme al juicio de los hombres.
Y desde el pozo de una metrópoli,
Vertiendo a las palomas grises el mijo limpio,
Jura con un juramento terrible,
Desquitarse si llega el caso, pero


Gracias a Dios, en la veranda de una casa de campo,
Donde el jazmín acaricia la mano,
Del violín exaltado de Vivaldi
Aprendíamos a volar –y he aquí–
El vacío alcanza la altura,
Y el alma desde la altura del vacío
Se precipita a la tierra y queda sin pulso,
Pero las flores rozan el codo…


En realidad nada sabemos,
Tenemos mieditis, bebemos como una esponja,
Por la excitación quebramos los cerillos
Y a causa del abatimiento rompemos la vajilla.
Nos prometemos decir sin halagos
Francamente las cuatro verdades.
Pero los versos no son un instrumento de venganza,
Sino manantial de dignidad de plata.





Есть в растительной жизни поэта
Злополучный период, когда
Он дичится небесного света
И боится людского суда.
И со дна городского колодца,
Сизарям рассыпая пшено,
Он ужасною клятвой клянется
Расквитаться при случае, но

Слава Богу, на дачной веранде,
Где жасмин до руки достает,
У припадочной скрипки Вивальди
Мы учились полету – и вот
Пустота высоту набирает,
И душа с высоты пустоты
Наземь падает и обмирает,
Но касаются локтя цветы...

Ничего-то мы толком не знаем,
Труса празднуем, горькую пьем,
От волнения спички ломаем
И посуду по слабости бьем.
Обязуемся резать без лести
Правду-матку, как есть напрямик.
Но стихи не орудие мести,
А серебряной чести родник.








Cuando yo vivía en este mundo
Y aspiraba su aire,
Y cometía estos actos,
Los otros, no los cometí;
Cuando guardaba silencio y decía sandeces,
Despilfarraba y acumulaba,
Me armaba de valor, parloteaba, lloraba,
Nada conservé;
Pero ahora, que estoy muerto
Y me transformé en la materia,
Nadie –ni Kierkegaard ni Buber–
Pueden explicarme para qué,
–No logra entenderlo mi razón–
Y cómo decirlo, por qué
Yo vivía y en mi propia cama
De un sobresalto me paraba en la penumbra de la noche...


















Con emoción acostumbrarse al ladrido,
Al gorjeo y al canto de las ranas, mientras
Una hermosa estrella, cuyo nombre me es desconocido,
Brilla en el jardín.
Mirar, borrando el suplemento, como el agua
Enrolla algas en la estaca,
Por el banco de arena dispersa al cardumen
E hincha las redes.
Con la vida venidera, pasada y presente
Cualquier minucia tímida se alumbra
–Revoloteante, amarillenta, murmurante–
A todo disparate se le tiene fe.
No me desgarres el corazón, aún sin esto
Con los años me hice en exceso sentimental.














Cuando yo muera, saldré de la ciudad que amo,
Y, alzando mi hocico al cielo, volcando la cornamenta sobre los hombros,
Poseído por la tristeza, al espacio otoñal divulgaré
Aquello, para lo que no me alcanzaron palabras del habla humana.
Como una barcaza se alejaba tras el rayo tardío de la puesta del Sol,
Como crepitaba el tiempo de hierro en la muñeca izquierda,
Como la puerta secreta se abría con la llave inglesa...
Habla, no hay nada que hacer con esta desgracia.


1987





No hay comentarios: