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sábado, 5 de mayo de 2012

6864.- ULISES ESTRELLA




ULISES ESTRELLA (Quito, 1939)

En Quito nací
y quiero volver a ese vientre,
acariciar sus calles como un cuerpo,
besar poro a poro, sorber sus sales
como sexo abierto.
("Manuela ante el monumento")

Poeta, crítico y cineasta. Animador del grupo de ruptura cultural y política de la década de los sesentas, Tzántzico. Actualmente se desempeña como director de la Cinemateca Nacional. Al enjuiciar uno de sus libros, la poeta María Aveiga, opina: "En Peatón de Quito, Ulises Estrella camina, oye, siente, desenmaraña su ciudad desde un ángulo que no es el de un peatón común. Estrella es sin duda alguna un peatón de Quito, atento, sensible, fragmentado en esos muchos mundos que tiene la ciudad, que él hace entrar a su corazón como a una catedral abierta."

BIBLIOGRAFÍA

Poesía: Clamor (Quito, 1962); Ombligo del mundo (Quito, 1966); Convulsionario (Quito, 1975); Aguja que rompe el tiempo (Quito, 1980); Fuera del juego (Quito, 1983); 60 poemas (Quito, 1984); Interiores (Quito, 1986); Furtivos, poemas furtivos (Quito, 1988); Peatón de Quito -edición bilingüe- (Quito, 1994); Mirar de frente al sol (Quito, 1997); Digo, mundo –obra poética- (Quito, 2001). Novela: Fábula del soplador y la bella (Quito, 1995). Cuento: Tiempos antes del furor (Quito, 1967). Teatro: Apenas este mundo (Quito, 1969). Consta en las antologías: La novísima poesía latinoamericana (México, 1982); Lírica ecuatoriana contemporánea (Bogotá, 1979); Quito: del arrabal a la paradoja (Quito, 1985); Poesía viva del Ecuador (Quito, 1990); Memorias II Festival de Poesía Eskeletra'98 (Quito, 1998).



VAS
y vienes
avanzas
y te quedas

tan imperceptible
es tu paso
que frente al espejo
apenas murmuras:
aquí estoy






UN ABRAZO

todos unidos
y
como sombra fatídica
la mentira
el autoengaño,
creyendo vivir
lo no vivido






DESDE ESTAS SOLEDADES

-decías-
vamos juntos
a tender un puente

si el abismo es centro
cada comienzo ya es un fruto
cada final un ansia comprendida

no habrá paso en falso posible

desde estas cercanías
-digo-
tú yo somos cl puente
nada menos
nada más

para equilibrar el diario abismo







NOS DIJERON

el orden de los factores
no altera...
y nos miramos
desconcertados,
pupila a pupila

puestos a vivir.
quién nos responde tanta
cuánta precisión se necesita
para asumir la realidad?

lo que tenemos en la forma.
es un problema de fondo

el orden de
por tanto.
sí altera cl producto






HALO

luna
coronada
rezago
apenas
de esta
luz torrente
atada sombra
cómo
penetrar
en tu vida
si
no eres parte .
sino todo,
floración
sin semilla?





¿ESA CIUDAD?

que sueño
cada noche,
será ésta?

¿esa esquina
que doblo
cada mañana,
será el camino?

¿esos techos,
paredes,
camas,
mesas y ventanas,
serán,
en verdad,
nuestras casas?

o,
quizás
tan sólo
vivimos
la sombra de esas cosas?





Una hija arregla el cabello de su madre.
Adentro, en el Palacio se arregla la matanza.

Pueden salirnos con bayonetas si la gorda fofa sigue
cobrando sus centavos.

Si esa humanidad permanece con su arroba de dolor y
pobreza en la frente.

¡Simpatía! Sí.

Gritemos viva la vida con el alguien de pantalones duros
y altura rubia que sigue armando su brazo para
romper tu debilidad.

Anuda tu negra corbata, marca sones desarmónicos con
tus dedos.
El café se inició y dijo su perfil de músico blando
lamentón:

«Por favor, pudiera decirme, por favor, ¿a qué hora se
acuesta usted, tiene miedo?».
Afuera, cerca del palacio, la perpendicular es ya un salto
arriba.

El mar se consuela con los huesos.
Un «sí mismo» cae sordamente entre la niebla.
Alguien lava platos con un gorro de piel.
La dama juega, el chico rompe la alfombra.
La barba dice algo sobre no sé qué topo que murió en un castillo.

Nuestra madre dice que la cama sigue caliente.
Un amigo ha roto su cacerola y ya no come.

Las hojas caen.
Una lavandera carga la ropa y se divierte en usar las tijeras.
Una cosa con cuatro más comió pasto y hoy vomita.

Así no quieras
la carne vendrá todos los días para tu almuerzo.

Alza tu taza y sorbe lentamente. El café penetra. La
gente taconea en la calle.

Clavado, encorvado sobre la mesa. «Te pueden clavar
las miradas».

(El que cruzó la esquina se guarda su misterio de casta
en el bolsillo) .

La perpendicular formada por el líquido regado en su
esófago

tiene un algo así de línea negra, de sangre que podrá
regarse en los asfaltos.

Porque esta voz y esta música van siendo iguales hace
cien minutos.

«Te pueden cubrir con sus metales».

Sale humo de bocas calientes levantándose a caminar con
el pecho apretado.

El número, la casa y el barrio olor a húmedo esperándolos

y cruzan dos señoras con sus paraguas. El manipulador
gira al peligro que viene.
Luces se van, frío y noche.

Es natural que el cielo esté blanco y que al fondo del lago
se quiebren las uñas.

Nadie puede evitarlo.

Se percibe a cada paso una gota y todo sigue
Se da la vuelta y la esquina continúa

Todos quieren cambiar

Intuí alguna vez el himno exultante y el mar rodó lamiendo
mis entrañas

Yo pude sonreír

Hablo en pasado porque temo a mi garganta
Todo lo intuyo porque nada pase

Mis encías se gastan en el momento preciso

Es natural que el cielo
sea negro y torturante
porque no llega a ser ni
la mitad del mundo

Necesito que alguien me represente en la representación continua

Preciso de uno que se enganche donde yo debería estar
Será mi anillo el que consuma los millones de papeles

La madre vende a un dólar
a su hija de un año

Algo pasa pero...
Se puso un dedal y apuntó hacia el cielo
Quince luces titilantes gritaron y durmieron
Sé que tengo calcio y que los huesos suenan
Una sombra evita que mis labios aparezcan rojos

El cuadro está desigual
y la pared no responde
¿Quién aguanta que le chillen
porque no masticó hoy?


La hierba prepara su álbum
Un largo aliento penetra las raíces

Caín murió solo
solo

Mi padre hizo retazos de la humanidad
Ningún fémur es igual

La guerra se transforma
y transforma

Las aves vuelan en busca de su sonido
Aquí acaba mi silencio

La pared no responde
ante el cuadro desigual
Mis labios nunca han sido
pálidos

Hoy las uñas
me han representado bien

La otra mitad es para ti.







X

Antes de su invento, el cine ya estuvo en nosotros.

Hemos proyectado
hacia dentro
universos de sueño
que la vigilia jamás conocerá.

Visibilidad,
propuso Italo Calvino
para el próximo milenio

pensar con imágenes
huir del vértigo
de lo innumerable,
dejando palabras
en los pozos sin fondo
del nacer
indecible
al morir
indefinible.

Visión intensiva:
poesía posible
del imposible
mundo viviente.













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