BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

sábado, 28 de julio de 2012

7426.- VICTORIA SCHCOLNIK




Victoria Schcolnik nació en Buenos Aires, 1984. Es Licenciada en Comunicación y poeta. Editó sus poesías en tres antologías, incluyendo La última poesía Argentina (Ediciones en Danza, 2008). Organiza diversas producciones y ciclos poéticos, y artísticos en general. Es editora de la revista Ventizca –publicación que integra arte, pensamiento, observación e investigaciones, y sale con cada estación del año-; y co-dirige, junto a Guadalupe Wernicke, VOCAL, una revista para escuchar que viene en formato de cd e integra música y poesía. Colaboró en las revistas "La mujer de mi vida" y "Plebella". Trabajó en la radio de la Universidad de Belgrano en "A la una" junto a Agustina Muñoz, un programa sobre música, pensamiento y arte, durante el 2006. También acompañó a Muñoz como asistente de dirección en su obra teatral Las mujeres entre los hielos (teatro Camarín de las musas, 2007). Estudió con la cineasta Inés de Oliveira Cézar e hizo un meritorio en dirección en el film de su autoría: Extranjera, 2007. En el 2008 trabajó en un grupo interdisciplinario de improvisación dirigido por Roxana Galand que se presentó en el Centro Cultural Borges en el marco Experiencias en Escena con funciones de improvisación durante el mes de agosto. Este mismo año fundó junto a las poetas Teresa Arijón, Paula Jiménez, Claudia Masin, Mercedes Araujo y Guadalupe Wernicke la editorial abeja reina, a través de la cual publicó su primer libro de poemas, el refugio. Estudió filosofía durante 6 años con la Doctora en Filosofía María Alejandra Tortorelli, y también danza desde los 14 años hasta la actualidad con diversos maestros de diferentes estilos y técnicas.
En 2011 integra Curandera Ediciones. Publica su libro Una tierra. 









“...dice que teme a las raíces de los árboles”



las florcitas silvestres
flotan

se acumulan,
como un residuo acuático
del viento

qué sabrán de la flotación
cuando miro a lo frágil apoyarse sobre lo frágil
reconozco en esa leve fricción
la forma en que mis manos esperan
sostener alguna gracia



el rocío se cristaliza
entre la hierba y mi piel, amanece
cientos de luciérnagas viniendo con sus brasas

¿cómo desciendo al lago, al azul frío
en el que nadan los cardúmenes
sin perseguir la corriente que los lleve lejos?

¿cuál es el rito de mi espera?

¿es el lugar de un amor
por el que pasan, sin detenerse, los peces?



te espero
como se espera la punta de una lanza
aún no clavada en el cuerpo




qué pasaría si un ejército llegara al lugar de batalla
y los enemigos hubieran muerto,
cómo hace uno cuando aquello
por lo que le ha tocado luchar
ya no existe
y se encuentra haciendo movimientos inútiles
limpiando la escarcha de inviernos pasados
esperando lo que ya no se ama








dice que teme a las raíces de los árboles
que cuando se va a dormir
siente que la tierra debajo del cemento no está quieta
dice que son las raíces de los árboles
y las llama “los fantasmas de la tierra”

dice que sus sueños son de cierta materia mineral
que conserva un secreto que sus sueños persiguen

sabe que las almas son algo extraño sobre la tierra
pero no distingue, no sabe
si es la tierra lo que tiembla o su cuerpo atado a un amor desconocido




los zapatos ya no sostienen al hombre
uno al lado del otro
descalzos

vendrá una mujer
se los probará, sentirá que le quedan grandes
y en esa pequeña distancia recordará que es niña
y que tenía un padre

ahora, el silencio le parece bello
escribe en su diario: sé estar
con algunas personas
el resto del tiempo pienso
me he quedado sola
y no sabré hablar cuando alguien se acerque




                                                       dame el hablar desnudo
                                            elemental del mar
                                            Miguel Ángel Bustos

quise bucear esa sirena, recordar
los cabellos negros flameando
que el arrullo de sus palabras
y no el significado
me diera un mapa, me dijera
aquí has de hacer tu casa de arena
y entonces, con las manos deshaciéndose en el agua,
yo construyera un lugar para quedarme






es tarde
y los niños corren por el campo
buscando el secreto
que escribo y escribo
sin encontrar




ciertos jeroglíficos
sólo pueden comprenderse
con la tristeza del que acepta
que hay cosas imposibles




si yo pudiera cuidarme como se cuida a un hijo
con la misma intuición con que la madre
distingue la sed del sueño, si inventara un lenguaje
que uniera mi necesidad a la satisfacción, una palabra
que me diera refugio









Los zapatos ya no sostienen al hombre
uno al lado del otro
descalzos

vendrá una mujer
se los probará
sentirá que le quedan grandes
y en esa pequeña distancia recordará que es niña
y que tenía un padre

ahora, el silencio le parece bello
escribe en su diario: sé estar
con algunas personas
el resto del tiempo pienso
me he quedado sola
y no sabré hablar cuando alguien se acerque








hay resistencia antes de una palabra,
la huérfana

un cuerpo que vive el extravío como un nacimiento

tal vez, quisiera entrar en el sonido

un átomo se quiebra
y explota una ciudad y otra

si han inventado estas técnicas
por qué

no existe un origen para otras cosas minúsculas









Una mujer camina cerca de una cuesta, frena
está rodeada de piedras
¿qué puede pesar más que la detención?

un sonido se va acercando
como una cuerda que se le enrosca
y la lleva hacia los árboles

hay un poder en lo que escapa a la gravedad

puede alzar lo que está a punto de rendirse





No hay comentarios: