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sábado, 12 de mayo de 2012

6930.- SOL FANTÍN



Sol Fantín (Buenos Aires, Argentina, 1982)

WEB:
http://solfantinpoesia.blogspot.com.ar/





tengo un mareo de esos que hacen que una se pregunte
para qué mierda nació –sí, así me siento
éste es el chiste que viene en el combo desde el día
en que te dijeron qué suerte! ya sos señorita!
la concha de sus madres –los párpados se me caen
sobre la cara como telones de hierro

me desvisto
me acuesto boca arriba

deslizo mis manos dentro de las sábanas acariciando
mi pecho mi abdomen la ingle y palpo
el pubis y sigo buscando con mis dedos en lo más húmedo
en lo más molusco de mí y sigo
hasta el orificio tubular por donde tanto
conocí y sigue mi mano entera penetrando
inconcebiblemente penetrando mi cavidad en ascenso
la muñeca en ascenso y soy
una contorsionista las paredes de la vagina se dilatan y ya
todo mi antebrazo dentro de mi propio tubo –toco
una delicada constelación de órganos –siento
hundidas en mi pulpa viviente
dos frutas
dos planetas flexibles –ovarios les dicen
ovarios inflamados para más presiciones

aprieto su redondez de ameba
toda curvada sobre mí misma masajeo
esas dos enormes uvas para aliviar el dolor en oleadas
aprieto
cirujana a ciegas interviniendo mi organismo exprimo
las dos frutas

y empieza a derramarse un líquido un jugo
y lo que cae no es sangre no es un hambre acumulado
de siglos de nenita buena cae
un fluir de celos atrincherados como tumores
que laceran caen
gota a gota
los terrores de ser abandonada y no tener
piernas que me sostengan para morder mis caminos
como una hembra selvática cae
un amor garra que agarra y colmillo que succiona
el cuello de la presa cae
una armadura hipócrita un deseo convertido en flecha
que se clava y me clava el cuerpo a otro cuerpo y nunca
dejó de ser una tortura incrustada en mí por eso sigo
presionando liberándome súbitamente osada dejo que drene
desde esas dos frutas que hinchadas duelen cae
el código siniestro de lo que significa
ser una mujer
cae
pero ay
arden como una brasa y ya
no puedo soportarlo

mi mano se abre
mi brazo se sale del tubo blando y dilatado –con un grito
me siento en la cama jadeando

abro los ojos y sólo
puedo pensar agua y calmante
para los ovarios que se retuercen apretados
por una pinza

tengo la cara mojada y húmedo
todo el cuerpo pero a través
de la fiebre UN TRIUNFO ahora emerge

ALGO ESTÁ PUDRIÉNDOSE
se derrama se derrumba se derriba se derrite
el rencor sembrado en mis entrañas por atreverme
a desabrocharme el alma y quedar en carne viva
piel mía contra la piel del mundo y el JÚBILO casi
me desmaya de goce porque estoy
amasijando liquidando líquida TODO LO QUE NO SOY
y una carcajada de bestia hermosa me sale por la garganta

me levanto y veo
en el colchón sobre la sábana una mancha
roja y humeante
roja y triunfante como una escupida de dragona

con un dolor de ésos que me hacen preguntarme
para qué mierda nací –mis órganos responden:
todavía no naciste:
desde tu propio vientre
ESTÁS PARIÉNDOTE





mamífera

señora algo más? me preguntó el verdulero ayer a la tarde
dándome una bolsa de mandarinas –señora
dijo y yo que naturalmente y tal como salta a la vista
no soy una señora pero tampoco
reivindico el señorita
de camino a casa con mi bolsa de mandarinas
y seis pesos menos en mi monedero me pregunté
seriamente por la naturaleza de esta entidad
que veo cada mañana en el espejo del baño y a la cual
por un curioso desdoblamiento del lenguaje
insisto en denominar
YO

señor verdulero la puta que lo parió
el señora se lo mete en el orto pero a ver
qué mierda soy yo entonces
a ver

partamos de cero
soy un mamífero hembra –lo cual
implícitamente reafirmo cada noche
al tomar mi pastilla anticonceptiva, y cada mes
al renovar mi provisión de toallitas con alas –soy bípeda
cuestión urgente a la hora de encontrar en el cajón de mi cómoda
dos medias de un mismo color –tengo
pulgar oponible dotado de alta sensibilidad
rasgo que debería destacarse cada vez que intento
delinear la línea superior de mi párpado
sin éxito visible –en fin soy humana y dicen que por eso
a los ocho meses de vida desarrollé la facultad simbólica es decir
dupliqué mi cerebro creyendo percibir detrás del mundo
otro mundo de sentidos que ahora tengo
haciéndome cosquillas en la lengua por haber devenido
laberinto de piedrapalabra y que empleo
sin cesar para hundirme en unas redes de difícil
manipulación aún
para un mamífero hembra bípedo
con pulgar oponible de alta sensibilidad

además –dentro de la cultura
a la que pertenezco soy
MUJER
cosa que también supongo
salta a la vista

OKEY
hasta acá todo bien
pero lo de señora
ah no lo de señora se desborda
de lo que yo puedo aceptar
con mis 29 años recién cumplidos y
unas ganas infinitas de comprarme un skate
y salir a rodar por este desierto de calles
con un bolso lleno de mandarinas un porro y mi netbook
hasta demoler el puto laberinto que mutila mi errancia
y atreverme a besar con una lengua
con una lengua blandísima que se derrita
que sea agua que corre y pasa después
después de cada
mordida
de amor






para amar de nuevo

para amar de nuevo –es tan obvio…
para amar de nuevo hay que abandonar EL AMOR

porque si EL AMOR es una cadena como la que usás
para atar tu bicicleta a un poste de la calle
si es una faja de miss universo con su cetro de lentejuelas
si es un vestido que te ponés para ser la más linda de la fiesta
si es una manta con la que te abrigás de un frío
que viene de tus propios huesos helados
si es un toldo que te protege de la intemperie del mundo

entonces que se quiebre –mucho mejor ser náufraga

averiguá el color que tiene la vida cuando la caminás sin muletas
enriquecete de tu miseria personal hasta entender
que el amor quizás sea más un brillo del instante recreándose
paso a paso
que un territorio alambrado que heredaste

hasta que puedas confiar
en el pacto silencioso que se produce o no
se produce o no –más allá de cualquier cosa que pactemos

hasta que pierdas el vértigo y salgas un sábado a la noche
con las monedas para el bondi y un caramelo de menta en el bolsillo
y sientas el impulso de andar sin Guía-T
por lo imposible de una libertad-compartida

hasta que amarte sea la certeza de un abismo
donde los dos nos perdemos
porque siempre
siempre y para siempre desde el momento mismo
en que saltaste hacia mi boca como un suicida salta
de un décimo piso
siempre y para siempre
vamos a estar enamorados del reencuentro






no me culpes
no me culpes no me culpes por este poema
yo no tengo la culpa si un día me dijiste
sos preciosa genia y un poco retardada
–si además te babeás te voy a amar para siempre
si me dijiste vamos a visitar a mamá pero no le vomites el mantel
–viste cómo se pone ella
si un día me dijiste ¿voy a poder hacer yo de nenita y pedirte
       [que me acompañes al colectivo?
si un día me dijiste soy un retardado mental con superpoderes
si un día me dijiste yo siempre detesté la poesía realmente no la soporto
si un día me dijiste nuestra hija menor se va a llamar ruthy
     [y la vamos a engordar para rabina
si un día me dijiste vamos a ver juntos community completo y south park y paprika
si un día me dijiste vamos a leer en voz alta copenhague
     [y a pasar una temporada en california
si un día me dijiste la diferencia esta vez es que vos también me elegiste a mí
si un día me dijiste odio el odio pasivo del bienestar del lenguaje
si un día me dijiste dormido te amo te amo te amo te amo te amo te amo te amo
y un día me dijiste lo intenté y ya no puedo

y después no dijiste nada más

y posteaste en tu muro
* volví a perder la noción de los días y las noches
y posteaste en tu muro
* estoy solo y malacompañado
y posteaste en tu muro
* cómo soportan putos sin porro la tristeza de la vida

no me culpes no me culpes amor no me culpes a mí
por este poema





Nada para decir

No tengo absolutamente nada para decir.
Estuve comiéndome las uñas últimamente, así que no se ven bien.
En realidad, después del primer momento de inapetencia producido por el shock
estuve comiéndome todo lo que encontré
y ahora estoy redondita y blandita a la altura de la cintura que ni te cuento
así que como que me siento un osito debajo de los pulóveres de este invierno
que no alcanzan posta que no alcanzan para dejar de tiritar

mi casa es enorme y mi única calefacción
un caloventor que se dejó mi ex, regalo de su madre para nosotros
voy con él de habitación en habitación (con el caloventor, no con mi ex)
y lo voy enchufando –el ruido que hace me tranquiliza
no sé es como un ronroneo… me da una sensación de presencia, de protección
de que algo ESTÁ PASANDO…
de que el frío ESTÁ SIENDO DEGLUTIDO por un aire caliente…
(los que durmieron conmigo siempre se horrorizaron de que me gustara
ese ruido y esa sofocación del caloventor
pero ya no tengo ese problema, al menos no por ahora… vaaaammooooooos!!!!)

en realidad, a causa de la dificultad para calefaccionar los ambientes
y la enorme escalera
me reduje a dos habitaciones: la de dormir
y un cuartucho ínfimo donde me encierro para estar en facebook
rodeada de tazas ceniceros y rollos de papel higiénico.
Soy una especie de refugiada en mi propia casa
me abrigo para ir al baño
y pienso varias veces antes de cambiar de lugar.

No tengo nada en absoluto para decir.
Hoy dejé de fumar, de madrugada, porque me desperté con unos dolores
en el pecho
que me hicieron sentir un holocausto
y una tos de vieja moribunda, con flema puaj.
Me juré no volver a fumar y a la mañana tiré los cigarrillos al tacho.
Pero a eso de las nueve de la noche los saqué del tacho y me prendí uno
y acá estoy: fumo.
Es que cumplo veintinueve años. Hoy mismito. Veintinueve.
La buena noticia: sigo en los veintis.
La mala noticia: por poco tiempo más.

Nada para decir, nada.
El vino ya no me hace tan bien como antes.
Además, ahora agregué una dosis al mediodía. Ayuda a la siesta.
Algo adentro mío, a la altura del esófago (¿el esófago está por acá, no?)
me protesta, pero soy buena para desoírlo.
Mi sensibilidad no incluye partes inanimadas del cuerpo.
Por eso no me gustan los animales: porque no hablan.
No me gusta lo que no habla.
Aunque yo quisiera también ser un animalito, a veces.
Ser nada más. Ser como si las cosas le pasaran a otro: al cosmos,
al universo, pero no a mí.

Estoy bien, sí estoy bien. No me quejo.
No me quejo.
No voy a doblar la ropa, nada más voy a ponerla
del lado de la cama que no uso, total.
Linda montaña.
Y me voy a ir a dormir con mi montaña.



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