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sábado, 25 de agosto de 2012

7690.- INGER HAGERUP



Inger Hagerup
Noruega (1905-1985) Nació en Bergen. Estudió Idiomas. Poeta y Crítico Literario.  Debutó como Poeta en 1945. Escribió Teatro y Literatura infantil. Fue traductora de Emily Dickinson.  





LA PESTE


Icemos una bandera negra sobre los países
y dibujemos una cruz en nuestra puerta,
pues una gran peste asola la tierra.
Ha recorrido la árida tierra de Africa
sobre pies amarilleados por la fiebre.
Ha desfilado por las calles de Berlin
al compás de tambores y música de viento.
En los conventos de España ha contado como los ancianos
el deslizante rosario de las ametralladoras,
y en las afueras de Madrid escondió su terrible rostro
en una máscara de gas último modelo.
Ha echado sobre sus apestosas heridas la capa del dictador
y ha cubierto su vientre hinchado con una casulla roja de obispo.
Un día la nombraron catedrático en Jena.
Y ella habló con una boca picuda y astuta detrás de sus libros.
En Shangai ahorcó a trescientos cuíes que pedian pan
y cuando tuvo la oportunidad de arrancarle las unas
a un viejo judio, se partió de risa.
Ha mirado a los seres humanos con ojos sanguinolentos
golpeándoles la ceguera, para que ya no cultiven cereales en la tierra.
sino granadas en las fábricas
para que ya no construyan ciudades alzadas hacia el cielo,
sino que las quemen
para que ya no saluden a su hermano
sino que lo maten.
Icemos una bandera negra sobre los países
y dibujemos una cruz en nuestra puerta
a causa de la gran peste.


Traducción: Francisco J Úriz





Detalle de un paisaje invisible de noviembre 

En cierto descampado un país de niebla llamado Yo
-y allí no quedan caminos- encontré una vieja señal.

Su carcomida flecha señalaba ciénagas
y kilómetros y más kilómetros de niebla.

Inútilmente intento descifrar un signo, adivinar un nombre.
La lluvia ha borrado lo que fuese que indicaba la señal.

Y hacia allí es hacia donde sé que caminé una vez.
¿Cuándo desapareció? ¿Cuándo me perdí?

Voy a tientas entre la niebla hacia esa palabra
que me haría acertar con el camino de vuelta.

En un país de niebla llamado Yo
hay una señal sin camino que me impide partir



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