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miércoles, 27 de junio de 2012

7310.- JORDI CIENFUEGOS


Jordi Cienfuegos González (Santa Coloma de Gramanet, Barcelona, 1973) es un poeta y escritor español en lengua castellana y lengua catalana.
Ha sido finalista de diversos premios literarios tanto en catalán como en castellano, entre ellos el Premi Martí i Pol y el Premi Laureà Mela (2000). Ha ganado, entre otros, el Premio El Taller (1996) y el Premi Martí Dot de Sant Feliu de Llobregat (1998), con el poemario L’àngel de la guarda és un mim que es diu ombra.
En castellano ha publicado Cuadernos de Otoño (Algaida, Mallorca, 1998) dos series de poemas ilustrados con grabados de Pau Waelder, con quien fundó y dirigió la revista universitaria Sic Placitum, publicación de relatos cortos convertida después en revista digital dedicada a la literatura y las artes. Ojalá (Ed. Sial, Madrid, 2001) y forma parte de la antología Entonces, Ahora publicada en 2003 por el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid. También es autor de diversas obras de teatro infantil y de la novela inédita Los pájaros del alma.
En catalán ha publicado L’àngel de la guarda és un mim que es diu ombra. (Ed. Columna, Barcelona, 1999) y fue seleccionado por Sam Abrams para la antología T’estimo (Ed. Eumo, 2002). En 2007 publicó L’il•lusiòmetre, un relato infantil editado por el Ayuntamiento de Cornellá de Llobregat. Participó como ponente invitado en las IV Jornadas de Poesía Última en la Fundación Rafael Alberti de 2002, en El Puerto de Santa María (Cádiz).
Evidencias es un espectáculo de cabaret poético creado en 2005 a partir de sus poemarios inéditos «Evidencias», «El ladrón de paraguas» y «El tiempo de los camaleones», y otros poemas de los libros «L’àngel de la guarda és un mim que es diu ombra» y «Ojalá». La compañía Teatre al Detall estrenó en Cataluña el espectáculo, dirigido por Pepa Calvo con música de Peter Delphinich. La obra ha estado de gira por diversos lugares de España, participando en la XVI Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos de Alicante,1 2 en el IX Festival de Teatro Alternativo de la Sala Margarita Xirgu de Madrid, y en la Sala Clan Cabaret de Valencia.3 En su participación en la X mostra de Teatre de Barcelona, Evidències estuvo nominada a cuatro premios (mejor actriz, mejor dirección, mejor espectáculo y mejor espectáculo por votación del público) ganando los de mejor actriz para Txell Botey y mejor dirección para Pepa Calvo.
Con la misma compañía presentó la obra Adiós a Dios, estrenada en el Festival de Teatro Breve de El Ejido en julio de 2005.
Ha colaborado también en el guion del corto animado El sueño de Claudia, de Yolanda Díaz (2007).


Cuadernos de Otoño, Algaida, Mallorca, 1998. 
(castellano) 
Dos series de poemas ilustradas con grabados de Pau Waelder.


III

Yo sólo quise siempre
volar dando brazadas como un pesado cuervo,
romper el cielo gris de esta ciudad de humo,
hacer escala en cornisas y azoteas y cambiar impresiones
con el ángel caído que hace guardia
entre antenas y cables.

Yo sólo quise siempre
respirar bajo el agua,
lanzarme al mar, desnudo como un nuevo delfín,
dormir en cada costa bajo la Osa Mayor,
fabricarme un abrigo de algas fosforescentes
y asustar a los barcos extraviando su rumbo.

Yo sólo quise siempre
salir a la tormenta,
plantar mis pies/raíces en el suelo mojado,
ver mis extremidades convertidas en ramas
y dar frutos de sueños e ilusión renovada
a los desamparados que caigan a mi sombra.

Yo sólo quise siempre
las cosas imposibles:
aquello que no puede comprarse con dinero,
lo que nadie regala, lo que nunca se roba,
lo que ya no se encuentra ni en los viejos desvanes
de las casas antiguas de los pueblos remotos.

Yo sólo quise siempre
abrir de par en par
las estrechas ventanas de mis ojos al mundo,
y dejar bien abiertas las puertas de mi mente
para que entren y salgan -para que entres y salgas-
las imágenes dobles con su rubor de espejos.

Sólo quiero perderme
para siempre hacia adentro
en ese estado inerte de evolución continua,
de útero sabio donde nada molesta,
donde uno es sólo aquello que sabe de sí mismo,
donde todo es posible porque no existe margen
de error
para las cosas
((( ya no hay margen alguno
de error
para las cosas )))





VIII

Sería triste que alguien se engañara
pensando lo contrario:
no soy nadie
con quien se pueda hablar de grandes cosas
en espera de grandes conclusiones:
yo más bien
soy de los que bostezan cuando opinan
los intelectuales;
soy de los que se duermen
cuando la conferencia
se pone interesante
y sueño musarañas
y echo a volar los pájaros
de plumas de colores
que llenan mi cabeza
y cuando abro los ojos
y todos se han marchado
descubro que me cuelgan de los labios
las sílabas de un nombre
que se parece al tuyo
y sé que te he pensado
(una vez más,
de nuevo,
como siempre...),
y rescato a mi sombra fugitiva
del trance de la ausencia de la tuya
y vuelvo a mi lugar entre los vivos
mojándome los pies en la nostalgia
de no tenerte cerca.

Así soy yo: recelo
-por sistema, por costumbre, por vicio-
de las cosas impuestas
y dudo, por dudar, más que Descartes:
dudo hasta de las dudas que me asaltan
siete veces al día
y un par o tres de veces por la noche.

Sería triste que alguien se engañara
pensando lo contrario:
sé que soy egoísta,
radical, subjetivo, insoportable
(en fin, no más detalles)
y que soy
menos recomendable que un catarro;
pero en tardes así, cuando me ronda
el fantasma del menosprecio, el miedo
a herir a las personas que más quiero;
si siento que me pongo pesimista,
cuando ya empiezo a odiarme,
me consuelo pensando que en el fondo
no soy la peor persona que conozco.







XI

Se empeñaron en los ángulos rectos,
las ventanas cuadradas,
perspectiva afilada, sombra fría,
los grises arquitectos cuyos hombros siguen llenos de caspa
a pesar del marisco y los billetes,
las camisas de seda, el onanismo
de reconocimientos oficiales y oficiosos.

Ayer, en una de esas incisivas
esquinas
del homenaje al vértigo
orinaban dos niños, todo mocos y risas,
sacudiendo sus pichas, apuntando más alto,
mirando atrás no fuese que algún guardia
les cortase el concurso.
¿Acaso hay más poesía en otra imagen?

Hace ya tiempo
que no escuchaba risas tan alegres
y mucho tiempo más que no encontraba
ninguna utilidad tan acertada
a ese nuevo edificio: reivindico
la construcción de miles de esos monstruos
-uno, al menos,
en todas las ciudades del planeta-,
para que no haya niños con talento
que se queden sin juego...








L'àngel de la guarda és un mim que es diu ombra

Ed. Columna 1999
Premi de poesia Martí Dot 1998



la persistència de la memòria


Aquesta por fantàstica
de perdre la memòria o la paciència
-moments que inevitablement arribaran un dia,
junts o per separat-, aquest neguit
fet de coses comunes i sentiments concrets,
tanta preocupació total per res,
aquesta febre de conservar-ho tot
en els arxius del cor
que sempre estan oberts,
on tothom entra i surt i fa i desfà
a pròpia voluntat;
aquesta ronda,
aquest moviment cíclic entre la meravella i el desencís,
aquesta confusió d’identitats
-permanència inestable,
inquietud permanent, supervivència
o il·lusió d’èxit contra el càncer del temps-.

  Tot passarà:
demà no hi haurà res i ni la música
que ens ha sobreviscut
sonarà eternament,
però no t’amoïnis:
hi ha racons insalvables que es salvaran tot sols,
ressorts de realitat que obren finestres a l’esperança,
mapes de pols i pàtina que desvetllen secrets
i signes insignificants plens de sentit.

  Els vells carrers de sempre, per exemple,
els llocs on vam aprendre a fer l’amor
o l’ombra, aquest assaig del nostre cos
fet de foscor i silenci.
Tots sols es salvaran i ens salvaran,
i mentrestant, el món,
s’obre cada mati com una flor
o una estranya colònia de corals.
  





Hàbit de nits

  Quan vosaltres i jo
ens haguem dispersat per aquest món
que és com una camisa
quatre talles més gran;
quan enmig d’una obliqua diàspora de somnis,
de tot el que hem sigut o el que hem pretès,
pensem uns en els altres
i els altres en aquells
que ens varen deixar abans;
quan en altres salons, amb altres copes,
mentre sona altra música i es desfan altres ciris,
entre el fum d’altra marca de cigarretes
i els vapors d’altres vins
recordem certes coses impossibles
de desxifrar només mirant-nos
directament als ulls
i parlem a aquests altres de nosaltres
i amb un somriure més malenconiós que alegre
repetirem els noms tantes vegades dits
entre aquestes parets que ara ens acullen;
quan tot el que ara som sigui record
i en altres llits, en altres
sofàs amb manta o sense
descarreguem l’insomni
que és segell de la casa,
sabrem que ja hem viscut
el mateix tantes vides
dintre d’aquesta vida que per força
haurem de repetir-ho en les que ens resten...
  




Quan te’n vas


  Et miro quan te’n vas:
no sento res.

  No sento res:
ni ploro            ni m’alegro
ni tinc calor      ni fred
ni sento por      ni joia
no sento res de res
-res més
que res-
i et miro mentre marxes,
mentre et perds:
observo com t’esborres,
com et fons
amb la resta del món
i sento que no sento més
que res.

  És potser que la part
de mi que et necessita
encara no ha assumit
que ja no hi ets

  o potser que la part
de mi que et necessita
no t’ha cregut en dir-li
“aquest cop sí”

  o qui sap si la part
de mi que et necessita
ha après a viure sense tu i és ara
la que no et necessita,
la part que no sent res
mentre t’allunyes.

 Et miro. Et veig fugir.
Ja no m’importa.
Et sorprendria
com em sorprèn a mi
aquest insòlit buit,
aquest no res
que no és res més que tu
o la part que roman de tu a les ombres
i totes les petjades del teu pas
per on ja no camino;
aquesta part de tu que no té nom
i mai serà cridada
potser ni en el record
que inevitablement
tindré d’aquest capvespre;
aquesta part de tu que ja no és teva,
òrfena com ho son sempre els comiats
quan mor el que quedava de nosaltres,
quan mor el que quedava d’un en l’altre,
quan mor el que de tu quedava en mi
i te’n vas i t’allunyes i et perds,
marxes
amb una part de mi que no té nom
i mai serà cridada
potser ni en el record
que inevitablement
tindràs d’aquest capvespre;
aquesta part de mi que ja no és meva
i que, per descomptat, tu no voldràs.

  Creu-me: et miro i no sé si és que ja he mort
o he après a viure definitivament
sense fer del fracàs una tragèdia,
però no sento res:
ni ploro            ni m’alegro
ni tinc calor      ni fred
ni sento por      ni joia
no sento res de res
-res més
que res-
i et miro mentre marxes,
mentre et perds:
observo com t’esborres,
com et fons
amb la resta del món
i sento que no sento més
que res.
No sento res de res.
Ho sento molt...
   



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