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martes, 31 de julio de 2012

7504.- LEO CÁCERES





LEO CÁCERES
(Puno – Perú 1988)

Realizador de cine y televisión. Resido en España desde hace 7 años, primero en Madrid, luego en Barcelona y actualmente en Donostia – San Sebastían, en el País Vasco. Escribí mi primer poema cuando tenía siete años y desde entonces exploro asiduamente ese laberinto eterno que es la poesía, un soñar en la vigilia. Últimamente dedico mi tiempo a un estudio pormenorizado de la filosofía occidental y a la neurociencia. Tengo planes para realizar un documental sobre la cultura andina, vista desde un prisma poético, donde las imágenes hablen solas; y hacer un cortometraje sobre la vida y la obra de Carlos Oquendo de Amat.

Libros por publicar:

Aromas oscuros (Poemario)
Univoltino (Poemario)
Los ocasos de Larios (Poemario)
Vitalismo y pesimismo (Ensayo filosófico)
El Pathos trágico (Ensayo filosófico)




Nanomundo  

Aposentado hondo silentes fuegos encogidos
mordiendo cada chispa de un muerto sueño muerto
untando corazones vírgenes el pan de cada día
observo y alecciono mis atiborrados sentidos.
Descarriados gemidos impedidos
enuncian juicios sobre la luz de la felicidad
en tus tostadas y saturadas pupilas sufrientes
marino seudoamante recoge ahora negros designios
aterrada parapléjica gutural brota el ancla que ha de matarnos...
y el mundo vuelve a fallar – y vuelve a fallar el mundo.
Macromundo avistado en chips insalubres que lastiman
las parcas y anodinas frases del chamán
rudos humos verdes patentan exhaustivas fantasías
coloración doblegada por millones de moléculas industriales
se muestra flexible el día ratificando el rehacerse del tiempo.
Ebrios placeres conservadores
deshaciendo el camino frustrada utopía
difuminando la pobreza abstracta en sus máquinas desiguales
la perspectiva vegetal desaparece derrumbada
por falsas y cancerosas organizaciones imparciales.
Monos congelados
ubicados en áreas pasadas
parafraseando karmas progresivos
y dilatando el oído
que vigila las soñolientas tardes robóticas.
Un optimismo precavido avanza
surcando mis nanointenciones
replegado el ejército de mis átomos llorosos
sigiloso alarmado desorientado
patrullo el mundo 
la faz silvestre del corazón no fabula desnuda.
Coevolucionando en alianzas calientes
sin víctimas enfermando de amor en chozas desiguales
esnifando sesos de niños 
amamantando a la tristeza quebrada
y olvidada en un vagón sin forma y sin fin.






Preso en un ovillo de luz

Efervescente contraataca la ráfaga divina
insuflando sangre fresca
en el cielo alfombrado, 
éste rebrota supervisando las ficciones mundanas. 
Vuela un ovillo de luz, 
insignificante chispa de rayo y de nube, 
abajo sobre la tierra se sienten las
sombras y el nauseabundo frío que aterra
en la maleable noche austera.
Viejos dioses / carnes inasibles,
gozan saqueando el pozo del sueño de los hombres,
acuchillando las sosegadas mentes plateadas
cuyas celdas encierran gotas infectadas de sangre virulenta.
El ovillo de luz, impregnado de naderías,
no hace más que componer olores
en dirección al sol roto y deteriorado, 
consternado se apresura a llegar a mis venas
donde bulle el ansioso e inefable resplandor proteico.
La luz del ovillo dispersa el odio en mi cuna
y levita mudo sobre el desprotegido adolescente que yace inerte
en la rígida prisión. 
Escucho numerosos ruidos fantasiosos,
se elevan penas ingrávidas
por el basto zaguán que conducirá los deseos moribundos. 

Un nuevo preso 
aparece junto al nuevo día, 
su apellido mancillado como el mío,
rehén de las leyes,
seguramente tendrá que luchar contra ovillos de luz
que se atascan en tus vestiduras y rememoran
viejos amaneceres rodeados de ojos y piernas.







Hembra

Ni una sombra de árbol
ni una semilla, ni una raíz
arroyo seco, pudriéndose la mano mensajera
me quedo quieto en el plasma del tiempo y
gota de agua /gorda /llana /vigorosa
sensorial resbalosa /sosegada y escondida /acongojada /espaciosa
vieja caravana colorada
cerveza rebosante de guiones dibujados sin complot
artesana /mundana-terrible-rebelde /aterciopelada
asolada /consecuencia-violada / bruja cachonda
ruidosa máquina /cerebral-abismal-terrenal /sabrosa máquina blanda
planeta triste – planeta acostumbrado- planeta necesitado
colina enjabonada -abierta- desmesurada /convaleciente
diosa del pensamiento, de los pensamientos /colegiala
perra del gato
cruda
codiciosa inacabable    
no mencionar el laberinto vital: bosque inmundo
sin comentar la acción involuntaria: agua blanca entre tus piernas
no recomendar las emociones reciclables: sagradas mentiras musicales
sin abandonar los antiguos deseos futuros: anodina fachada
maquillaje esencial – absorbente - relacionada
ojos desprovistos de fantasía
cejas inclinadas al desafío / una mañana triste de estío
labios lógicos -  grandes – tiernos - míos por un segundo
senos reservados para el océano rabioso
lágrimas irracionales avistadas por el sol
cabellos regocijados de voluntad y sin poder ser arrullados
piernas pedaleando mis sentimientos
brazos protegiéndome de mis propios brazos
hombros que acompañan a la soledad intocable
orejas que tan sólo son mi anochecer
movimiento desmentido –cedida - nunca vista
cercanía presente-manantial-fuego-hierba fresca
puente /ambos /luna-puente /te acercas... me alejo... universo/ tierra.. me alejo
caemos acordonados en el huracán diseñado por tus nuevos malestares
beso sin beso /con fuerza /sin beso /con entereza /sin beso
discordia musical /consumada /acalorada...
ha pasado... ha pasado... va pasando.








Psique

Y los rugidos invisibles del mundo
Envueltos en flechas plúmbeas 
Caen en picado sobre nuestras noches,
Su silbido lejano inflama nuestra perplejidad
-Tus ojos se congelaron tanteando nuestro latir, un tiempo gelatinoso,
luego los escombros, las exangües voces la mente desenroscándose. Tiemblo:  
La conciencia herida trastabilla en el centro sangrante de un majestuoso 
santuario, el cierzo golpea sus demonios:
Yo ante todo soy un silencioso ocaso, una culminación, 
un pico, el día siguiente de una ardua batalla en terrenos ensangrentados, 
soy el sol de la mañana y su anochecer afligido, 
la alegría rebelde destrabada, 
la cabeza parlera en los calabozos del tiempo. 
Yo he asimilado de manera perfecta la filosofía / poesía del caminante 
y gracias a ese acontecimiento puedo decir que él es mi verdugo más íntimo, 
¡Pero esa muerte es la más bella! 
Atravesando dulcemente los jardines dionisíacos con manos firmes, 
con nariz aventurera, con los ojos remojados, 
con el corazón desmigajado, salpicando mis lágrimas entre las nuevas flores... 
la fe... quietud... sonajero... aromas ¿Cómo? El soplo.

De cada grieta de mis labios nace un palacio 
Que se derrumba en la convicción del ahora,,
Dulce, etéreo y simple palpitar, un volar a ciegas...
En tus lomos, mariposa, recogido en tus lagunas, 
Descansado en tu relación natural con la palidez 
Rumiando por última vez mi corazón experto en poetizar
La conciencia mitiga el instinto, lo sacude y lo entierra
Y yo, ceniza áurea gritando liberado en los abismos del origen,
"Una vida sin ilusiones no es vida"
(Una vida sin llegar a ser, sin llegar, sin ser, sin mover, sin hacer, sin sentir, sin amar, sin morir, flujos inmóviles, años inmóviles)
Me transportabas en la cadencia misteriosa 
de una explosión -Tu me dijiste: ¡Estás aquí!  
El aire me golpeo en las puertas del... y avisté tus ojos,
Ebullición del ser, un magma viviente, 
Mi madre nace de la osmosis de mis ansías telúricas con el sol redimido. 

Yo sentía llegar la figura de un exultante amor 
Cuando apartado en mi lecho soñaba despierto;
Sus pasos tranquilos por el suelo mojado, su piadoso candor
Ondulaba por el recinto descosido, se situaba entre mis 
Fracteleadas manos y fraguábamos el futuro.

Naxos es una boca hambrienta, el primer suspiro.
Siete cervatillos se alimentan con los colores del mundo,
Perlitas de sangre desfalleciendo en los brazos del destino
Un cristal de tiempo era la separación 
cuando yo bordeaba fraccionado tu nido de luz andina bifurcado.
Mis calles han sido tus calles y lo natural es que continúe recorriéndolas de tu mano,
Dejemos a Eros que siga lanzando flechas al mar o que el placer se haga tierra en un sueño estigio.

Yo retorno.







Viejas tardes

Existen las conversaciones que a la luz de unos cuantos astros
Versan sobre literatura romántica en los lechos amargos
Las que versan sobre manos gigantes que labran la tierra y pelan patatas
Existen las ancestrales tardes alumbradas de taciturnidad
Como existen también los silencios tenebrosos
Camino acompañado de elefantes y camiones industriales
Camino acompañado del clamor de un infinito mar
En mi mano derecha se gesta el frío 
De mi mano izquierda se sostiene un viejo dormitante,
En él habitan caminos intransitables, lóbregas colinas,
Almuerzos de primitivos domingos, caracoles doblegados por los siglos.
Yo desde luego tengo acceso a mundos nefastos, a mundos calcinados,
Presencio el despertar de la muerte sentado en un sillón marino, leyendo a la luz
De algún mutismo dorado los poemas desarticulados de Ducasse, 
Pronto las letras se aglutinan en la cueva, salen despedidas por un vómito
Excretado desde las entrañas de un corazón mutilado.

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